Lonquimai
Trae para escuchar lagrimas de sol nada es lo mismo se nos pierde la maravilla misma de esa luz mínima manía que no define los fríos siento que la noche y sus cuerpos escuchan cada declaración de las risas sostengo un rumor entre estas lineas que se borran de solo oirse nunca la gorda creería de lo que estoy hablando que nos traes estas ilusorias manos clavo cazuela en tus ojos colibríes gigantes que nos saludan a los cuatro conejos que suspenden la misma cuestión de la lengua que viaja por desiertos y bosques de letras mudas trae la noche su rumor su rubor eléctrico de gases oscuros el silbido del horror que no mastica sus hielos cae de los dientes un zumbido en la boca ríe cuando el sol sienta nuestra voz
si digo que la luna cobija ratones milagrosos que comen de la noche como de los quesos misericordes el cordero sagrado se lo comen al año nuevo los huevos falsos se les van por los bolsillos malignos
canta la trama de un árbol sangrante canta en nosotros que olvidamos los hijos al cerrar los ojos no creemos en la magia de lo oscuro no caemos en su sabor en su deseo enmudecedor tus ojos se abren cada luna muerta es un nacer
seran los santos y sus ropitas de comunión quienes nos esperan con yerba esta noche o las quinceañeras que se besan a una luna de ron piensan las gallinetas en el patio delantero se mueren de miedo por los autos de la ciudad masticando limones eternos estaré para soñar fumigando el jardín el azúcar ha dejado sus controles al rumor urgido de los deseos que son como cabecitas giratorias o como paltas me comería una palta morada con un toque de sol para la noche degenerada y las muchachas de los poemas están vomitando ron en las esquinas
hagamos del amor un árbol con flores grises de gases y gasas de inmoralidad traigamos dolor para emborracharnos de pasión y de poemas de muerte escribir hasta que las letras bailen escribir hasta que de las manos broten luciérnagas y murciélagos negros los alcoholes sagrados iluminan hasta siempre los ruidos y las calles que nacen besar con la brutalidad del azúcar porque los arboles vuelven
el deseo diseña los cuerpos que se enfrentaran al encuentro
del calor y del color de muchos cuerpos
el deseo enmudecerá las palabras y abrirá las bocas
a lenguajes mas pertenecientes a su pulsión
el deseo abrirá las pieles a su música innegable
a su danza propia a su poder preciso
( para ver texto en versión word descarguelo desde: http://www.filefactory.com/file/ah0h0d4/n/poemas_doc )
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